Respiras. Abres los ojos pero no ves nada.
Respiras. Gritas pero no hay respuesta.
Respiras. Intentas moverte pero apenas puedes hacerlo.
Respiras. No sabes por qué estas acá… vaya a saber donde… más cerca del infierno que del cielo. Vuelves a respirar. Solo piensas en salir pero, ¿cómo? No eres el único, escuchas a tu compañero muy cerca tuyo. Buscan la forma de salir juntos.
Respiras, o más bien lo intentas. Le hablas a tu compañero pero ya no te responde….
Respiras, pero ya no puedes.